Homenaje a Julián Pérez López
- caputcastellaeburg
- 2 abr 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 may 2022
El año en el que se cumple el centenario del nacimiento de Julián Pérez López (Marzo de 1922) y el día del aniversario de su fallecimiento (3 de abril de 2004) desde estas líneas queremos hacer nuestro pequeño homenaje a este Ilustre Burgalés que tanto vivió por su ciudad y en especial por su catedral, como sacristán que fue de ella durante gran parte de su vida. Trabajó también como guía turístico y cualquier persona que en aquellos años se acercó a visitar la catedral, se llevó en el corazón esos magníficos versos que escribió al brasero.
"Con tu ceniza posada, cómo nos haces pensar,
que la vida ha de acabar, en el polvo y en la nada.
Y en tu carbón encendido, se refleja una razón,
que así acaba el corazón, poco a poco consumido"
Escribió varios libros dedicados a la Catedral de Burgos y versos que quedaron para el recuerdo y para el folclore de nuestra ciudad. En su día los compuso para "Trovadores de Castilla" grupo al que muchos de nosotros pertenecimos.
"Catedral, la más bella y hermosa, tu que brillas como un claro sol
tus estatuas, altares y naves , son orgullo del pueblo español.
Son tus torres gigantes banderas, que a los cielos azotando están
y tus piedras poema de amores, con su arte hacia Dios todas van.
Catedral, la más bella y hermosa, tú que a Burgos das gloria y honor
déjame contemplar tus bellezas, entonando esta alegre canción.
Catedral que otros hombres labraron, piedra a piedra con fe y con amor
yo te admiro con alma y con cariño, contemplando tu gran esplendor"
El famoso Reloj del Papamoscas también tuvo su protagonismo y sus versos le alejaron un poco de ese carácter solitario y melancólico que le caracterizaba.
"El Papamoscas de Burgos, dice a todo el que le ve,
si a mi se me abre la boca, a ti se te abre también.
El Papamoscas de Burgos, a todos hace correr
les hace mirar arriba y abrir la boca también.
El Papamoscas de Burgos ya se quiere jubilar
y el Martinillo le ha dicho que se espere un siglo más.
El Papamoscas de Burgos de una torre se cayó
y el gran milagro se hizo que del suelo no pasó.
El padre de Julián, campanero de la catedral, estuvo siempre presente en su memoria y le recordó con estas coplas.
"Ya no tocan las campanas de la iglesia catedral
ya no tocan a maitines ni tampoco el "Ya vendrán".
Las campanas están tristes, están pidiendo piedad
ya no tienen campanero que las haga repicar.
Ya no tocan las campanas, quién sabe por qué será
están solas en las torres, muriendo de soledad.
En Santa María tocan a maitines y mañana gloria en la catedral
los chamarileros las han escuchado
y vienen del barrio de Cosme y Damián"
Una de las composiciones más bellas que nos dejó y que actualmente seguimos cantando y muchos grupos de baile, han incorporado a su repertorio es "A los pueblos de Castilla" dedicada a todas esas poblaciones castellanas que poco a poco han ido cayendo en el olvido, deshabitadas y solitarias. No pudo plasmar de mejor manera su sentimiento hacia ellas y su enorme pesar.
"Pueblo mío, vengo a verte, a pasar contigo un día y el alma se cae de pena al ver tus casas vacías. ya no hay niños en la escuela y la torre se ha caído, ya no hay cura ni maestro, ni mozas que ya se han ido. ¡Déjame pueblo que llore, quiero tus piedras besar, ay Castilla no te mueras, de abandono y soledad!
Ya no tocan las campanas y se ha parado el reloj, todo es nostalgia y silencio. ya no hay canciones de amor. Sólo veo a una viejita, sobre unas piedras sentada, que aumentaba más mi dolor al ver su cara asustada.
Yo te amaré pueblo mío, aquí vendré a trabajar, a darte vida y amores y tus campos levantar. Mis manos harás tus casas, tus campanas tocarán, tendrás niños que te canten, tendrás vida y tendrás paz; tendrás fiestas en tu iglesia y flores en tus ventanas y mozas para bailar tu mejor jota serrana"
"El destierro del Cid" fue otro de sus libros, ya que como él decía siempre sintió gran curiosidad por esta figura. Los turistas muy a menudo le preguntaban cosas de Rodrigo Díaz de Vivar y sintió la necesidad de "Dar al Cid lo que es del Cid y a la leyenda, lo que es de la leyenda"
Tantas veces nos acompañó Julián en nuestros ensayos, simplemente como espectador, que solo nos queda un grato recuerdo hacia él, hacia su persona y hacia su legado. Tantas veces nos despidió, siempre de la misma manera con su voz inconfundible ¡Adiós amigos! que hoy sólo nos queda decirte a ti lo mismo ¡Adiós amigo, adiós Julián!




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